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viernes, 20 de febrero de 2015

Encrucijadas de caminos.

 Después de un pequeño parón por culpa de los exámenes, tenía ganas de volver a publicar en mis blogs de opinión. Sinceramente, no tenía ninguna inspiración sobre lo que escribir, y es que, a veces, uno también tiene crisis de ideas. Sin embargo, para recurrir a la sequía inspiradora, uno suele acudir a los periódicos, sobre todos digitales, de ellos se pueden sacar interesantes noticias sobre las que hablar, y muchos enlaces en los que cotillear. Hoy hay uno de facebook, que me atrajo hacia unas noticias cuanto menos curiosas sobre varios grupos políticos de diverso corte, pero con una idea común, unir distintos territorios a España.

 La primera venía sobre la creación de un Partido Político Ibérico (IBER), que busca la unión entre España y Portugal. La segunda, sobre dos territorios que fueron antiguamente colonias de España, una primera de un grupo que busca la unión de España con Puerto Rico, y el otro con Cuba, ambas como dos comunidades autónomas ya. Ambos grupos, minoritarios, se basan en que lo firmado en el Tratado de París en 1.898 era abusivo con una vieja potencia debilitada al extremo, como una marioneta patética sin poder alguno. Fue el llamado Desastre del 98, tal vez la mayor crisis de identidad de nuestra nación, y de la que todavía nos andamos recuperando. Y es que según dichos grupos ambas colonias fueron tomadas por la fuerza sin preguntar a los ciudadanos cubanos y puertoriqueños (¿que esperaban?), demostrando que fueron colonias, igualmente de EEUU. Sin embargo, y para romper una lanza a favor, mientras los cubanos sí que lucharon por su independencia, muchos puertoriqueños han seguido considerándose españoles. No obstante, y a pesar de lo que para mi orgullo nacional implica que a España aún se le tenga mucho cariño, he de decir, que lo más sensato, por parte de uno y otro lado del Atlántico, es que cada uno tenga un destino por separado, independientes, de España y de EEUU. Primero la distancia impide formar una idea nacional española, como sería lo más normal. Luego hay que pensar que cada nación debe y tiene que ejercer su camino por separado y de manera independiente, aunque haya alianzas, ventajas comerciales, fronteras abiertas, etc. Salvo, evidentemente, con procesos a cabo llevados para unir diversos estados de forma voluntaria, como es el pensamiento paneuropeísta de la UE. 

 Sin embargo, en el caso del partido ibérico, su ideal sí es del todo sensato, y he de reconocerlo, y lo hago abiertamente al público, soy iberista, y simpatizo con dicho movimiento. Porque sí creo que la unión de España y Portugal, de igual a igual, nos beneficiaría a ambas naciones. Otra cosa es lo complicado del asunto. Un estado fuerte en el sur, que podría hacer competencia directa a naciones como Italia, y ejercer de contrapeso de otras grandes como Francia o Alemania. La unión, en éste caso, sí que hace la fuerza. Porque sí hay un territorio común, cercano, y fácil de economizar, que impediría la sensación de colonización por parte de uno a otro. No obstante, he de decir que todo esto son cuestiones subjetivas, de grupos minoritarios, y que tal vez, nunca lleguen a ser realidad. Bastante suerte tenemos, de momento, de seguir conservando nuestro territorio casi íntegro...