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sábado, 27 de abril de 2013

Buitre de profesión.

 El otro día un amigo mío se hizo una cuenta de Badoo, y me la enseñó. La vida me demuestra una y otra vez, que estoy totalmente desconectado de las corrientes de hoy día, quedándome anclado en los noventa. Hay otro panorama actualmente, ¿donde quedó el digno chat de Terra, donde todos los usuarios eran más nobles e inocentes y engañaban con sus medidas y descripciones al incauto del otro lado de la pantalla?. ¿Donde quedaron las citas con aquellas intrigas de saber como eran las personas con las que habías quedado, a todo riesgo, teniendo preparada, cerca del punto citado, una salida de emergencia, por si acaso?. También eran distintas aquellas velocidades en el internet de finales del XX, o principios del XXI, pues cuando te enviaban una foto, tardaba cerca de un año en ser descargada, siendo interrumpida por algún fallo en el modem. Fotos, que dicho de paso, la mitad eran pura mentira, con perspectivas extrañas y misteriosas que hacían al sujeto más atractivo. Eso si, directamente, no la cambiaba por la de un/a modelo. Y todos pensando, inocentemente, que ese tipo de personas se podrían encontrar ahí mismo, cuando en la realidad, no les hacía falta ningún chat.

En el Badoo de mi amigo se podía observar lo más señero de la sociedad española entre un jardín entero de faltas de ortografías de lo más variopinto, rozando, en muchas ocasiones, la barbaridad más absoluta; llegando a ser dificil ya, de leer. Del tipo: ke isee, ma dolo te de (mal dolor te de)... Todo lo que había eran poligoneras teñidas de rubio pollo y raíces negras, tetas operadas y uñas pintadas; y tios musculitos, "ciclaos", depilados y con tatuajes que han costado un pastón. Es lo que se resume de una sociedad sin inquietudes ni ganas de saber de nada, sin aficiones, sin motivaciones algunas. Que sólo se dedican a ver Splash, la isla de los famosos y cosas así. Tan pobres que se murieron con dinero. Es la generación que nos ha metido en la mierda de crisis que tenemos, gracias a que se hipotecaron con préstamos imposibles teniendo sueldos de 900 euros, para pagar con ello sus BMW.  Tantos cochazos había, que llegué a pensar que San Fernando era Marbella. ¿Donde quedó aquella pregunta de estudias o trabajas?, porque hoy día no es posible hacerla, ya que nadie hace ninguna de las dos cosas. Estoy seguro de que aunque aquí se instalara el método de estudio de los países bálticos seguiríamos a la cola en Educación. Porque todo depende de las familias, no de los centros de estudio, y eso va de culo.

  Hay que recuperar la dignidad de aquellos buitres y macarras ochenteros y noventeros, que se meneaban a causa de su borrachera con un cubata en la esquina de una discoteca marginal haciendo como el que bailaban, mientras miraban todo el panorama a la busca y captura de chorvas, o a aquellos que se apoyaban en la barra del bar con una cogorza de escándalo, y a los coletas, o heavys, que frecuentaban los recreativos, y que vendían semillitas en las puertas de aquellos bares, discotecas y demás garitos que me han gustado frecuentar: los más cutres y underground del mundo. Va dedicado a ellos esta entrada, porque espantaban al resto de clientela pija de platos cuadrados, y a aquellos poligoneros de turno, y a los poligoneros que iban de pijos, y ultimamente, a los pijos que van de poligoneros, y que dominan el panorama actual de ocio. Va por ellos, porque se podía fumar y beber en cantidad, y calidad. Que tiempos.