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martes, 18 de julio de 2017

De hidalgos a intelectuales.

   Hay un dicho militar que dice que a un tonto le dan una gorra de plato y se cree almirante (o General, según de que cuerpo se trate). Y no hay más que darse un paseo por las redes sociales, por las universidades y por los círculos de "enteradillos" para darse cuenta de ello. Es una nación la nuestra, la de una generación engreída que se dice la mejor preparada, y que por leer cuatro libros, ya se creen intelectuales, sabios de la nueva Grecia clásica, que van a discutir en el Ágora con Sócrates, y a utilizar con maestría una mayéutica, digna de dicho maestro. Pero no, son en muchos casos simples ignorantes, siempre soberbios y que creen siempre tener la razón, intentando dejar en ridículo a los demás en un odio visceral que busca aplastar a todo aquel que no piense como él, dejando caer, que por no razonar igual, es un pobre desgraciado, paleto y desdichado, que ha caído en las redes de la incultura nacional. Sin embargo, hay que decirlo claro, la sabiduría no consiste en leer muchos libros y memorizarlos como un papagayo, sino en asimilarlos, y sacar conclusiones propias, que en muchas ocasiones, pueden ser equivocadas, pero para eso, están los debates, para aprender, y para eso está el pensar, para llegar de un punto a otro, sin tener que estar de acuerdo al 100% con Platón o con San Pedro. Llegar a ser uno mismo, y pensar por uno mismo. Y luego está, que en la vida, como en todo, hay cosas que no enseñan los libros. Puede uno ver, como cualquier pastor, sabe de todo lo que le rodea, mucho más que cualquier doctor de universidad, ya lo decía Leo Harlem, lleven a uno en los equipos de Fórmula 1, para que acierten que neumáticos poner, si de lluvia o de seco, en vez de a tanto ingeniero; o como cualquier albañil, sabe donde y como se debe efectuar alguna obra, o que cualquier macarra te puede enseñar a ser el mejor buscavidas de la calle, y pueden que no hayan leído un libro, pero puedo asegurarles, que yo, siendo rata de biblioteca, me he sentido como un paleto ante ellos, y como un señor, ante muchos supuestos intelectos. 

 No es un canto a la ignorancia, éste artículo, ni al no leer, pero sí a la humildad, que es la verdadera maestra de la enseñanza personal que uno mismo adquiere a lo largo de la vida. Pues vamos a decirlo claro, reconociéndose que uno no lo sabe todo, es como se aprende, y como pueden verse las carencias y desconocimientos en tal o cual campo, y es que hasta el mismo día de nuestra muerte, es obligación nuestra, aprender aunque sea alguna minucia antes de acostarnos. Porque para enseñar, y dar ejemplo de la abundante sabiduría que hoy corre por la red ante tanto titulado, hay que caer una y otra vez en la vida, y darse cuenta de que no todo el monte es orégano. De que se puede aprender del más pintado, y que los libros enseñan, pero no todos, porque también el Mein Kampf, el Libro Rojo de Mao o la biografía de Belén Estebán se pueden encontrar entre las publicaciones, y que yo sepa, no enseñan nada bueno. A lo mejor se adquieren más conocimientos escuchando a algún anciano, de su experiencia, de algún padre, abuelo, profesor, amigo, o incluso, hermano mayor, que seguramente, haya pasado por la vida, antes que tú por muchas vicisitudes similares o parecidas. Aunque eso sí, tampoco hay que despreciar a los más jóvenes, de los cuales, hay muchos con notable madurez, y que ponen mirando a Cuenca a muchos mayores. Como ya he dicho, todo es relativo en la vida, ni todo es negro, ni todo es blanco. Pero si hay de una cosa que estoy seguro es de que cuanto más inteligente se cree un sujeto, mayores complejos e inseguridades esconde en una fachada de engreimiento y resentimiento hacia todo aquel que es mejor que él. Porque quien se enfada porque no se le da la razón, o llora porque en su trabajo no sale todo como él quiere, por ejemplo, es porque sencillamente, es alguien que, hablando claro, las va a pasar muy putas cuando en la vida vengan mal dadas, porque a todos, tarde o temprano, nos llega uno o varios temporales que desarbolan nuestros valores, y nos descolocan, de lo que nosotros creíamos, era un refugio seguro. Y entonces, es cuando se ve quien vale y quien no, quien aprende y se adapta, o quien esconde la cabeza como las avestruces mientras cree, que va a pasar el temporal. 

 Es el problema clásico de una nación altanera y engreída, que ha encontrado en las redes sociales su nueva inquisición (con autos de fe y lapidaciones públicas incluidas) y en las titulaciones universitarias un nuevo título de hidalguía, como pasara en aquella España de la Sopa Boba del siglo XVII. Pueden aprender un poco de los abuelos o padres que pasaron por una posguerra y una dictadura, y más hambre y escasez de la que nunca tuvimos, y supieron arreglárselas y salir adelante con mucho menos que nosotros, de los cuales, muchos no sabemos ni cambiar una bombilla. Había más ignorancia por aquel entonces, pero a diferencia de la que hay hoy en día, es que en aquellos tiempos estaba claro quien era un analfabeto y quien no. Hoy los bultos con ojos se esconden tras una imagen de nuevo sabio que embauca a los demás con cuatro frases más manidas y usadas de lo que ellos puedan llegar a pensar. Y no lo puedo evitar, mi favorita, y la que más usan los pedantes del nuevo saber del siglo XXI, es la siguiente:
  • Cuando el sabio señala la luna, el necio mira al dedo.
 Tras la cual, vendrán otros muchos sabiondos a darle la razón, y otros muchos, que se la darán, porque sencillamente, no tienen ni idea de lo que dicen, y hay que quedar bien. Y la verdad que quieren que les diga, que el sabio señale a donde le dé la gana, que yo estaré de acuerdo con él, o no, y puede que sea yo el que señale, o el que mire, para donde yo quiera. Que para eso uno con los años aprendió a hacerse el tonto cuando le conviene. Cosa que es casi mejor que hacerse el listo, porque nadie te va a reclamar ni a culpar de nada, y se vive mucho mejor. ¿O no?


2 comentarios:

  1. Gracias gracias por tus magníficas "reflexiones"; cuando las leo pienso que "seré gilipollas pero al menos no estoy loco ni soy tonto".

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