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viernes, 10 de enero de 2014

Humor inteligente

 Siempre he tenido momentos en los que uno piensa que o soy más tonto que una rueda cuadrada, o es que, directamente, los carajotes son los demás. Y digo esto porque es lo que se siente cuando ciertos personajes te hablan y se les llena la boca del uso holgado del humor que ellos llaman "inteligente". ¿Y por qué es inteligente?, ¿Porque lo dices tú?. Porque mi pregunta es clara: ¿Quien me define a mí, cual es el humor inteligente, y cual el que no?. En ocasiones, la cosa está clara, sobre todo viviendo en un país de poligoneros y canis como el nuestro. Pero lanzando al averno a aquella escoria que leen a Belén Esteban, y volviendo a lo que antes denominábamos persona normal o media: ¿quien me dice a mí que el humorista de enfrente es de humor inteligente, o simplemente no tiene ni puta gracia?

 Hay que reconocerlo, más de la mitad nos hemos reído por no quedar de tontos ante los demás, pero además, el resto del grupo con el que estabas, en el mejor de los casos, sólo uno entendió el chiste. Ese que jugaba a los juegos de rol y veía películas manga. El que no, pero se la quiere dar de que se ha enterado, te lo explicará para que veas que él sabe por donde va el chiste. Y además, se explayará en contarte que dicho chiste le recuerda a alguna viñeta de Mafalda o de Chumi Chumez. Que a todos gusta, pero que nadie entienden. Eso para que veas lo que sabe el colega del mundo, y lo metido que está en él. Mientras tú responderás, disimulando, con una ligera risa, y a asentir con la cabeza, diciendo aquello de "como lo sabe el tío...", "es que ha dado en el clavo...", "es que es un reflejo de la sociedad actual...", "que humor tan profundo...". Para, tampoco, quedar de gilipollas, en vez de ser sincero y decir la verdad: no lo cojo, no lo entiendo. Porque entonces, entre escondidas sonrisas burlonas, los inteligentes de tus amigos, compañeros o familiares te marcarán con una x como el torpe del grupo, a pesar de que los demás están igual de pez que tú. Incluso el que ha contado el chiste. 

  Ahora se viven tiempos en los que el personal está más preparado que nunca, pero eso no quiere decir que vivamos en una sociedad que valora lo culto, lo inteligente. Vivimos en tiempos en el que todo es de "autor": cocina de autor, telediario de autor, palanganas de autor...Siempre envuelto en la pedantería clásica del que se cree superior a los demás. El humor no escapa a esto. Aunque en el asunto de contar chistes, la pamplina viene de lejos. En mi caso lo voy a decir claro: no tengo ni puta gracia. Es un primer paso el reconocerlo...