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sábado, 5 de mayo de 2012

Breve tratado sobre fantasmas, chirlachis, enterados y demás.

 La semana pasada dediqué todo una entrada a un tipo de "enterado" que hoy también, figurará en éste catálogo. La inspiración de éste artículo me viene precisamente de la entrada anterior, y de cierto programa de Iker Jiménez en la que se formulaba un catálogo de humanoides procedentes de otro planeta. Y pensé yo: ¿ Por qué no catalogar también a los chirlachis por tipos y clases que pueblan el Reino Animal?. No es una cuestión baladí, y es desde luego, harto complicada, pero se me antoja necesaria de cara a una clasificación que el señor Darwin olvidó en su libro "El origen de la vida". Donde ciertos austrolopithecus tomaron una rama distinta a la humana, para conformar lo que hoy llamamos el "Homo Wartrapiensis". Llamado así por proceder de la región de Wartraparia, es decir, tierra de wartrapas. Hay que decir ante todo, que es un mundo fascinante, tanto o más que el de los insectos, con los cuales tienen en común algo que no es de su agrado: todos quieren aplastarlos de un pisotón. Por último aclarar que éstos lumbreras suelen ser, normalmente de encefalograma plano, aunque su coeficiente intelectual se muestre alto, pues a veces, los más listos suelen ser los más tontos.

  Empezamos el catálogo con el más típico de todos, que no es otro, que el de "yo te lo iba a decir, pero quería que lo dijeras tú". Chirlachi popularizado por el Selu en los carnavales de 2.009, con la chirigota de Los Enterados, suele ser personaje de medallón de oro macizo, de gustos poligoneros y poca sesera. Suelen saber de todo, y como bien decía la chirigota, "yo entiendo de ésto, porque estuve tantos años en...". Son los más entrañables personajes, que inexplicablemente, le van mal en todo: lo echan de todos los trabajos, está enfadado con la familia, con el suegro, etc. Todo acaba, de un modo u otro en algún cabreo con alguien que lo acaba dejando trasquilado. Eso sí, siempre será víctima, nunca verdugo.

 Otro de mis favoritos es "El progre que lee Nietzsche". Un tipo de listo, que verdaderamente, es rallante y atosigador. Cree tener una superioridad moral sobre el resto y trata de adoctrinar con los tres párrafos claves de los cuatro ensayos que se ha leído en su vida, mientras los demás nos dedicamos a tomar una cerveza tranquilamente. Por supuesto, su tema favorito es la Guerra Civil.

 En el otro lado de la balanza política se encuentra "el neoliberal de los cojones", que tanto por saco por da con tema de que la economía del bienestar no se puede sostener. Es por supuesto el perfecto economista que para defender una canfurnada hecha por el Gobierno utiliza aquello de "es que en el resto de Europa es así..., tras lo cual te entran ganas de decirle: pues pisha...que me paguen como en el resto de Europa.

 Entre los fantasmones por materias destacan dos ramas que tienen un tronco común: "el entendido en arte y el historiador". Ambos, son normalmente licenciados, pero también los hay aficionados. El caso es que son los típicos que te sueltan aquello de: ¿Sabes que realmente ocurrió así?. O eso de la historia la escriben los que vencen y demás. Hay otra rama que denominaría Brownioniana, pero no por los Brownies, que están muy buenos, sino por Dan Brown. Son los típicos chirlachis que comentan con orgullo como los demás gilipollas que poblamos el universo no nos hemos dado cuenta de que en la catedral de Salamanca hay un escudo del Betis entre las gárgolas. Y de lo tontos que son los historiadores oficiales de no lograr entender que la historia de los templarios y los egipcios era totalmente distinta a lo que ellos exponen. Pues éstos últimos, inventaron el cohete autopropulsor y llegaron a la Luna y a Marte. También admiten todas las ramas de éstos fantasmones un mestizaje con el "progre que lee Nietzsche", sobre todo cuando sus temas favoritos son minar la historia de la Iglesia y de Jesucristo, quien al parecer, era en realidad, un marciano, un budista viajero, o un top manta de Galilea.

 Sin embargo, para mí, el más odioso es el "Don perfecto de los cojones", asociado normalmente al mundo pijo, es el típico que sabe hacer bien todo. Viste impecablemente, es un crack en su trabajo, y joé, todo le sale bien, a base de chorra. Con su mirada insquisidora y de superioridad sobre el resto, suele tratar a los de su alrededor con la punta del pie. Sobre todo a su amigo pelota, pues siempre hay uno. Ese al que por el contrario, todo le sale mal, y busca desesperadamente hacer lo mismo que él. Pero evidentemente, no le sale nada bien. Siempre salen juntos, se echan novias de la misma pandilla de pibas, y el muy gilipollas del lameculos, acaba con la fea, mientras el listo se va con la guapa.

 Enlazando con el anterior, y aunque también puede estar relacionado con pijerío, no tiene porqué pertenecer a él. Es el listillo de "mi coche es mejor que el tuyo". Aunque lo del vehículo sea un ejemplo, es con todo; cuando usted se compre algo, él siempre le dirá aquello de: pues el mío es mejor.

 Único del mundo femenino es el de "la gorda enterá", esa que sin edad predefinida, suele ser una marujona que sabe de todo y que además, ve en la tele el programa Se llama copla,  Gran Hermano, y otras joyas por el estilo. Suele tener un novio poligonero que la trata como un cubo de basura, y con el que siempre se enfada porque es muy celoso, pues ella tontea con el que se le pone a tiro. Por supuesto, es una superentendida del Tuenti y del Facebook.

 También está "el listo que da por saco en en los centros comerciales y a los guías turísticos", normalmente suelen ser personas mayores, o simplemente el típico pijo, o enterado en arte. De éste ya traté en la entrada anterior.

 Sobre listos que adoran el Mens sana in corpore sano existen aquellos del culto al cuerpo. Pero especialmente prefiero catalogar a un tipo de chirlachi, que suele estar asociado también, como no, con los poligoneros. El fantasmón "de los gimnasios", superpetado, e inflado a esteorides, que suele comerse un pollo con doce clara de huevos para desayunar. Suele tomar su batido de proteínas, y mirarse constantemente en el espejo delante de todos, mientras se levanta la camiseta. Entre otras frases célebres están joyas del tipo: "concéntrate mentalmente en el músculo que quieres fortalecer".

 Pero no se me enfaden las mujeres, el hombre también tiene su listillo endémico, que es "El que más moja de todos", ese que juega a la oca, y va de puente a puente, según él... Sus victorias con las hembras es digna de admiración, pero nadie las ha podido ver in situ. Suelen ser de lo más variado en estilo, y van desde el fracasado que va de dandi al polígonero que se dedica a buscar chonis en el Barabás. Al amigo pringado de turno siempre le dice aquello de: cuando es estés con una piba, tú lo que tienes que hacer es...

 Sobre el amor está siempre el que yo llamo "El consejero", normalmente, ese amigo pringado, pagafantas, que no moja en absoluto, pero al que el amigo o amiga de turno, le coge para contarle sus penas. Y él o ella, felices de creerse importantes por un día, le aconsejan con cuatro afirmaciones fáciles. En el caso de ellos, suelen ser de dos tipos: el pagafantas que siempre quiere ligarse a la amiga que le viene pidiendo consejo, pero no lo logra nunca. O el amigo pringado del chulo de turno. En el caso de ella sólo hay uno: el de la amiga revirada que influye más que una suegra. Esa compañera del alma, que nunca se separa de la típica novia que te echas cuando tienes quince años, y que deseas, que algún día se caiga a un pozo con la niña de la película "The Ring", para así poder librarte un rato de ella.

 Siempre hay uno que sabe leer la mente. Y ese no es otro que "El psiquiatra". Evidentemente, no me refiero al titulado de turno, sino al que se dedica a leer libros de Paulo Coelho o Jorge Bucay. Siempre busca la paz interior, y el aura de los demás. Es el típico perroflauta pijo, que va de hippie con un Audi. Por supuesto, siempre compra productos ecológicos. Y suele soltar joyas de tipo oriental como: la grulla siempre canta la traviata al amanecer. Y cosas así.

 Hay uno que sí que es preocupante, y sólo he visto un caso, pero ya es suficiente. Es el colgado de turno que tiene "el complejo de Stasi". Busca controlar a todos, y suele esconder mucha parte de su vida, inventando muchas de sus facetas. Y por supuesto nunca se sabe donde está. Dios quiera que nunca llegue a Presidente.

 Dentro de una misma rama hay dos tipos de los que llamo como "Wartrapas extranjeros". Uno es endémico de nuestra tierra, Andalucía, y no es otro, que "el tonto que practica la Xenoglosia". Ese gadita de pro, que un día coge las maletas y se va a trabajar a Madrid o Barcelona, y que cuando vuelve a casa por Navidad, como El Almendro, resulta que trae en su maleta un repentino acento catalán o madrileño. También es aplicable con los militares que vuelven de Galicia, quienes se vuelven amantes del lacón con grelos. La otra rama es aquella que denomino como el "chirlachi foráneo" que es lo contrario, es decir, el tío de afuera que se cree que los provincianos somos tontos. Ambos tiene en común aquella frase que dice: "en Madrid o en Barcelona todo es mejor".

 En la última década, con el boom de la tecnología, nació lo que hoy en día se denomina "El tonto tecnológico". Ese que vacila de que tiene la último tecnología, y nos trata de Neardenthales a los que queremos un móvil que lo único para lo que sirva es para usarlo de teléfono. Es aquel que se dedica a configurar ordenadores ajenos para joderte la marrana, y te vaya bien para jugar "Call of Duty" veintiocho. Pero que te lo deja para el arrastre para el resto de aplicaciones útiles.

 También existen tontos del humor, esos que yo llamo el "Chirlachi sarcástico", normalmente frikis que creen tener una inteligencia superior al resto. Y se burlan de los demás por no tener su ingenio. Son los típicos que saben mucho de Ironman, pero poco del mundo exterior. Un ejemplo claro es el vendedor de cómics de los Simpsons, pero yo, inevitablemente, lo tengo que asociar, al típico gordo con gafas de pasta, que juega al rol, y viste camisa de franela.

 Por último, para no rallar más, está el tonto de los huevos, que yo llamo el "Chirlachi enciclopédico". Pues lo sabe todo, todo y todo. Como Catalana Occidente, y siempre utiliza una coletilla típica cuando termina una de sus ingeniosas frases: ¿a que no lo sabías?

 Terminado ya, el catálogo es como la Constitución de 1.978, incompleta, para que así, si ustedes lo desean, puedan añadir alguno más que no se me haya pasado por la mente en éstos momentos. Así que termino despidiéndome de dos modos: Si los gilipollas volaran, no veríamos el sol. ¿A que no lo sabías?.

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