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domingo, 27 de enero de 2013

La semana que viene sigo escribiendo

Por cuestiones gripales no he podido entretenerme esta semana en escribir ningún artículo, ya que los medicamentos me dejan adormilado y con pocas ganas de pensar. Siento las molestias, y saludos a todos.

sábado, 19 de enero de 2013

El alma de la fiesta

  Ahora que llegan los carnavales, y empalmamos los pestiños con los polvorones, es hora de plantearse con quien vamos a pasar las fiestas del desmadre por excelencia. Y es que elegir a los toñazos de turno para acabar en el fondo de una discoteca viendo a todo hijo de vecino pasárselo bien, mientras tú, permaneces moviendo el cuerpo de un lado a otro en plan insecto palo en actitud de baile-cortejo en el National Geographics, no es la opción más alentadora. Hay que decir que la experiencia me ha demostrado que cualquier sitio es un lugar digno para pasarlo bien, por ejemplo, en el banco de una plazoleta con una cerveza y unas pipas. A fin de cuentas, de eso va el carnaval, de pasarlo bien por la calle, aunque actualmente, sea uno de los botellones más grandes, y con más gente disfrazada, de las tierra patria.
 
 Pero volvamos a nuestra circunstancia habitual, sigues en el fondo de la discoteca, las caras de tus amigos son un poema, todos se mueven como tú: para un lado y para otro. Es sus fauces se adivinan, pese a la oscuridad, un bostezo tras otro, y una amplia expresión de aburrimiento. Entonces, tomas aquella decisión que piensas, tenías que haber tomado antes, irte de la discoteca para casa, sin haber mojado esa noche, y mandar a tus amigos a tomar por culo para juntarte con cualquier grupo de viejetes, con los cuales, seguro te lo vas a pasar mejor. Al menos, seguro que hablan, aunque sea, de los programas de salud de las mañanas en los distintos canales de televisión. Antes de seguir, hay que aclarar que yo siempre fuí de bares, me gustan las buenas conversaciones apoyado en una barra. En fin, te vas, y todo el mundo muestra una aparente indiferencia, tienen tanto sueño que se irían antes que tú, pero el orgullo no les deja, se marcharán diez minutos más tarde. Otros, te miran con cara de superioridad, y pensando hacia sus adentros: que aburrido es el colega que se va. Pero en el fondo, él también sabe que a esas horas, ya poco va a lograr, y que es mejor irse para casa.
 
 Se preguntarán porqué les cuento todo éste rollo, pues por la pregunta que les voy a hacer: ¿A quién no le ha pasado ésto que voy a contar?. Seguro, que tras la esplendorosa noche anteriormente mencionada, uno queda al día siguiente para cambiar impresiones de la intensa velada vivida. Y seguro que más de alguno dirá, eso me ha pasado a mí, cuando les cuente, lo que los amigos de turno te narrarán: una vez que te fuiste, todos se lo pasaron de maravilla. "Llegó fulanito, y nos lo pasamos tremendo, luego pasó que toda la discoteca se puso a bailar la conga (cuando todo dios estaba ya desfasado y medio cayéndose de la borrachera), menganito se puso a bailar y todos le rodearon animándole, Juanito ligó con aquella piba a la que todos querían pillarse, pero junto a ella se acercaron ocho más que estaban a cual mejores; en fín, todo de escándalo, y tú como un gilipollas en casa durmiendo. Te tenías que haber quedado un rato más."
 
 Que casualidad, piensas, así un sábado tras otro, y tú que nunca pilla los momentos divertidos. Y si ese día te quedas de jartible hasta las siete para comprobar, resulta que inexplicablemente, esa noche no aparecieron las distintas almas de la fiesta, y que la única que te quedaste, fue un rollo. Ese día la sonrisa de superioridad, y sarcástica es la mía. No hay nada peor que el autoengaño para detectar a un fracasado. Menudo cabrón estoy hecho. Un saludo a todos.

 












 

viernes, 11 de enero de 2013

La eternidad de las peladillas.

 Ahora que viene la primera pestiñada, con turrón incorporado, gracias sobre todo, al enlace de la fiestas de Navidad y Carnaval es bueno hablar sobre un tema reciente: Según un estudio de la universidad de Northkingtown, el mes del año en el que más peladillas se consumen es Junio. La noticia, que ha causado sorpresa entre propios y extraños, es debido, sobre todo, a que no hay nada anual que dure más en una casa que el cuenco de las tradicionales peladillas navideñas, las cuales son consumidas en verano, justo antes de que caduquen.

  El asunto no es baladí, hoy mismo a 11 de enero me he encontrado con el típico Papá Noel colgando en un balcón. Y es que los adornos navideños que se ponen enseguida, cuestan luego quitarlos. Sino fijénse en el alumbrado, que en Cádiz, se quitan justo antes de empezar los carnavales, cuando se ponen otros, en vez de aprovechar los mismos. Pero no crean que es cosa sólamente de éstas fiestas. ¿Quien no ha visto el típico balcón o cierro con las típicas hojas de palmas del Domingo de Ramos?, esas que duran años colgadas...

 No sólo son las fiestas las únicas que duran una eternidad, sino que en la administración la cosa es igual: una valla durará un eternidad en la calle que más por saco de al tráfico. Es además un asunto tradicional que todo gran proyecto se quede estancado, como el Segundo Puente, el Hotel del Varcárcel...Aunque el caso más paradigmático es el del tranvía fantasma que cruza San Fernano en el recorrido Cádiz- Chiclana, que es digno de estudio por parte de Iker Jimenez, y que al parecer, solamente usan el Jinete sin Cabeza y el fantasma que trabaja en la Casa Cuna de la Tacita. Porque hasta ahora no se ha conocido mortal alguno que se haya montado en él. Dicen que funciona, de prueba, en Irun, pero al paso que va la cosa, se va a quedar allí.

 No me extraña en absoluto que Cádiz sea ciudad trimilenaria, seguramente fue fundada por los fenicios de modo provicional, mientras viajaban hacia Tartessos, y la cosa ya va para tres mil años. La Tacita de Plata necesita todo éste tiempo, para hacer todo con mucha tranquilidad, ya sea para quitar los adornos navideños, como para hacer un megaproyecto que por fin nos va a traer el esplendor esperado y mande a la mierda el paro endémico. Pero como siempre, eso no lo veremos ni usted ni yo. Porque lo del paro en Cádiz es algo provisional, mientras reindustrializan a la bahía gaditana. Ya era un proyecto con Felipe González con el ZUR...y todavía andamos esperando. No nos queda ná...
 

 CHISTES GRAFICOS | PROMESAS POLITICAS MAPRECO
 

sábado, 5 de enero de 2013

To lo hace bien.

 Siempre se ha dicho, cómo no, en todos los cursos de FPO, aquello de que todo el mundo sirve para algo, y que nadie sirve para nada. Todo precioso, muy bonito, genial, digno del cuento del Patito Feo que al final se convierte en cisne. Pero yo, que soy un capullo integral de nacimiento, pienso que eso es una gilipollez del tamaño de la Catedral de Burgos (como todo lo relacionado con las FPOs). Hay gente que, verdaderamente, no sirve para nada. Pero lo peor, es que hay otra gente que vale para todo. La típica persona que es inteligente, guapo/a (ya no sigo más con /a, pues se sobreentiende), sano, que no fuma, que hace deporte con soltura, que es atlético, simpático, sagaz con las palabras y el humor, buen mecánico, baila bien, manitas con el bricolaje...vamos, que todo lo hace bien.
 
 Por otro lado están los que en Cádiz se les ha llamado toda la vida de Dios los cambembos, guachisnais...los cagalitris, que no valen ni para echar una meada cuesta abajo. Son feos/as (mismo patrón que en el párrafo anterior), patosos, con malas hechuras, fumadores, estresados, más tontos que Abundio, antipáticos...aunque ésto último habría que ver si forma parte de la pescadilla que se muerde la cola, pues uno se da cuenta de que es pura mediocridad, y resulta que es un sieso porque sabe que Dios no le ha dado ventaja alguna en la vida. Lo peor de estos casos, es que encima se dan cerca el uno del otro, y puede ser, que ambos extremos convivan en una misma casa, familia, barrio, aula, o pandilla. Y de todos es sabido que siempre, en esta vida llegan las comparaciones, sobre todo que si vienen de una vieja, son en la mayoría de las ocasiones, hirientes en el orgullo del feo de turno. Que no para de escuchar aquello: "qué guapo, qué bien lo hace todo fulanito, pero en cambio menganito...qué distinto es de su primo, hermano, etc." Así un día tras otro, hasta que acaba hasta los mismos manoletes del guapo de la familia.
 
 Creánme, conozco muchos casos, sobre todo entre hermanos (entre ellos uno flagrante), en los que uno no puede sentir otra cosa, que empatía con el pobre feo/a de turno. Porque hay que decirlo, también uno acaba hasta el mismo "Campanile", por decirlo finamente, de escuchar lo bien que hace todo el tío peñazo ese, que no tiene culpa de la manía que le guardas, pero que es algo así como el "Gangnam Style", que lo tienes hasta en la sopa. Así que ya puedes deducir por este texto, a cuál de los dos bandos me acerco yo: al de los capullos, porque lo de feo...no lo voy a reconocer. No me sale de los huevos. Feliz año a todos.