Translate

sábado, 5 de enero de 2013

To lo hace bien.

 Siempre se ha dicho, cómo no, en todos los cursos de FPO, aquello de que todo el mundo sirve para algo, y que nadie sirve para nada. Todo precioso, muy bonito, genial, digno del cuento del Patito Feo que al final se convierte en cisne. Pero yo, que soy un capullo integral de nacimiento, pienso que eso es una gilipollez del tamaño de la Catedral de Burgos (como todo lo relacionado con las FPOs). Hay gente que, verdaderamente, no sirve para nada. Pero lo peor, es que hay otra gente que vale para todo. La típica persona que es inteligente, guapo/a (ya no sigo más con /a, pues se sobreentiende), sano, que no fuma, que hace deporte con soltura, que es atlético, simpático, sagaz con las palabras y el humor, buen mecánico, baila bien, manitas con el bricolaje...vamos, que todo lo hace bien.
 
 Por otro lado están los que en Cádiz se les ha llamado toda la vida de Dios los cambembos, guachisnais...los cagalitris, que no valen ni para echar una meada cuesta abajo. Son feos/as (mismo patrón que en el párrafo anterior), patosos, con malas hechuras, fumadores, estresados, más tontos que Abundio, antipáticos...aunque ésto último habría que ver si forma parte de la pescadilla que se muerde la cola, pues uno se da cuenta de que es pura mediocridad, y resulta que es un sieso porque sabe que Dios no le ha dado ventaja alguna en la vida. Lo peor de estos casos, es que encima se dan cerca el uno del otro, y puede ser, que ambos extremos convivan en una misma casa, familia, barrio, aula, o pandilla. Y de todos es sabido que siempre, en esta vida llegan las comparaciones, sobre todo que si vienen de una vieja, son en la mayoría de las ocasiones, hirientes en el orgullo del feo de turno. Que no para de escuchar aquello: "qué guapo, qué bien lo hace todo fulanito, pero en cambio menganito...qué distinto es de su primo, hermano, etc." Así un día tras otro, hasta que acaba hasta los mismos manoletes del guapo de la familia.
 
 Creánme, conozco muchos casos, sobre todo entre hermanos (entre ellos uno flagrante), en los que uno no puede sentir otra cosa, que empatía con el pobre feo/a de turno. Porque hay que decirlo, también uno acaba hasta el mismo "Campanile", por decirlo finamente, de escuchar lo bien que hace todo el tío peñazo ese, que no tiene culpa de la manía que le guardas, pero que es algo así como el "Gangnam Style", que lo tienes hasta en la sopa. Así que ya puedes deducir por este texto, a cuál de los dos bandos me acerco yo: al de los capullos, porque lo de feo...no lo voy a reconocer. No me sale de los huevos. Feliz año a todos.
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario