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sábado, 31 de octubre de 2015

Jason contra Santa Compaña.


   Todos recordamos, desde los años ochenta, como han salido películas de Jason enfrentándose contra todo el mundo: Freddy Kruger, Alien, Artur Mas... Pero nunca con la Santa Compaña, sin duda no tendría los suficientes redaños; un grupo de gallegos cabreados, es mucha tela, y más, si estos son los gallegos más temidos del mundo. ¿Y a que viene éste disparate surrealista aquí planteado?, pues como siempre, desde hace unos años para acá, una vez pasada la fiesta de la Hispanidad, llega el inevitable e impuesto Halloween de las narices, fiesta del todo antipática y gamberra que nunca ha formado parte de nuestra tradición. Me agrada, que por ejemplo, en Sevilla no se anden con las mismas tonterías que en San Fernando, y se siga representando el Tenorio, tomándose huesitos de santo, o leyendo el Monte de las Ánimas. O que en el Cádiz del pagano Kichi, se siga disfrazando a los cochinos y pollos en los distintos puestos de los mercados. 

   Es curioso decir, que aquellos que fomentan la dichosa fiesta, aparte de los centros comerciales, son aquellas gentes que van de izquierdas y antiamericanos por el mundo, pero que no tienen objeción alguna en traer las muchas chorradas yankees que ya son una basura en su país, innecesarias del todo aquí, donde tenemos tradiciones y costumbres mucho más antiguas, y más atractivas que las norteamericanas (por cierto, muchas de ellas célticas también). Es mucho más que eso, es la entrada como un elefante en una cacharrería, de una fiesta capitalista y anglosajona, que va en contra de la nuestra y de los mercados de abastos tradicionales. No lo duden, es el pequeño comercio y las costumbres españolas, contra la vorágine de las grandes cadenas y la globalización. Así de claro. Es ya un hecho evidente, desde hace años, que los mercados, las asociaciones de comercios locales, los grandes almacenes, y los partidos políticos, ya sean ayuntamientos o lo que sean, vienen imponiendo las fiestas a las que debemos de acudir o no, por encima de los gustos locales y las tradiciones. Ojo, no hablo del Toro de La Vega, acto claro de barbarie. Hablo por ejemplo de nuestro caso en San Fernando, donde ya, nadie sabe porque se celebra el día de Las Cortes como festivo principal en detrimento del que era el clásico Día del Cerro, día de romería popular al cerro de Los Mártires, con una tradición que cuenta el sacrificio de los santos San Servando y San Germán en dicho lugar. Independientemente de la veracidad de la historia, en la que está claro su falsedad, ya que la misma proviene de una leyenda romántica sin fundamento del XIX, lo cierto es que era un día de campo o playa, y castañas, para los cañaillas. Y lo que es mejor, al ayuntamiento no le costaba ni un euro (en estos tiempos de escasez vendría de perlas), y sólo tenía que organizar a la policía local en los alrededores del Cerro. Y hay que decir, que el día de Las Cortes se mantiene, francamente, por la feria de la Tapa, que si no... No digo que eliminen esta última fiesta, pero que la celebren en un fin de semana cercano al 24 de septiembre. Al igual que el Halloween, no debe de prohibirse nunca, pero no fomentarlo a nivel institucional, el que quiera que lo celebre, pero nunca con el dinero de nuestros impuestos. 

   Sin embargo, últimamente los consistorios han incidido en crear en los centros históricos una especie de parques temáticos de disfraces de época, y en todas las ciudades se han creado mercados medievales, romanos, andalusíes, o de Las Cortes... Además, de precios no precisamente baratos. Hay que decir que mientras el día del Cerro o Tosantos sí tienen arraigo, el día de Las Cortes o Halloween son fomentados por las distintas instituciones, colegios entre ellos. Y en esto, España se parece a una dictadura, porque una fiesta deja de ser fiesta, si se pierde el componente espontáneo y popular. Si deja de ser del pueblo, y pasa a ser de las instituciones, deja de ser una fiesta para convertirse en una celebración con base adoctrinadora, algo así como el día del cumpleaños de la reina en Gran Bretaña. Es lógico que haya festivos y celebraciones locales y nacionales institucionales, como el día de las Fuerzas Armadas, o el de la Hispanidad, así como de la iglesia católica, mayoritaria en España. Pero el problema es que en los últimos años han decidido borrar en pos del comercio y del dinero, lo que eran manifestaciones populares del pueblo, y si eso es así, esto no es mi país, sino Corea del Norte. 

Halloween del pasado año en San Fernando.