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sábado, 30 de noviembre de 2013

Llueve sobre meado.

 El título de la entrada viene a rescatar el viejo dicho aquel que decía eso de "Me están meando y tengo que decir que llueve". Uno se pasa la mitad de la vida diciendo esto mismo, sobre todo a raíz de una crisis, en la que todo el mundo habla de esfuerzos, que a la hora de la verdad no se reparten equitativamente. Pero no todos los que te mean encima son políticos. Vuelvo a lo de casi siempre. Y es que es ver a un tonto, y salgo corriendo de pavor. Lo que no logra Montserrat Caballé en el anuncio de la lotería, lo hace un nota con cara de no haber roto un plato.

 No obstante, también siento un profundo coraje hacia aquellos seres que viven de dar lástima. Y ojo, que se me entienda bien: cuando hablo de dar lástima, o de pobres, no me refiero a gente con situaciones verdaderamente complicadas, y sin, verdaderamente, un duro con el que alimentar a su familia. Me refiero, básicamente, a aquellos jetas que tienen como táctica dar lástima a los demás. Con ello hay dos objetivos, pues como quien no llora no mama, hay una  primera meta, que es sacar provecho, sobre todo si es gratuito, de cualquier situación de ocio, transporte, o trabajo, entre otras cosas; y otra es la de eludir las responsabilidades propias, y echar con ello la culpa de sus males a la fatalidad del destino. Ésto último es todo un autoengaño. Un medio de defensa ante la vida de quien no es capaz de reconocer que parte de su situación actual puede ser, y de hecho, la mayoría de las veces es así, culpa propia.

 La demagogia es un arma de guerra más eficaz que cualquier otra tangible. Las argumentaciones de los "débiles" es muchas veces más eficaz que la propaganda de cualquier almacén o partido político. Es por ello, que muchos de estos pobres de la vida cuentan con muchos defensores que les dan la razón una y otra vez, por activa, y por pasiva. La tengan o no, sea justificable o no. Cayendo en el mismo círculo demagógico en el que hemos caído muchos españoles. Por ser pobres siempre tienen razón, y no es así. La razón se tiene o no se tiene, sea afortunado en la vida o no. Y por último, cuando me refiero a pobres o débiles no me refiero a aquellos que lo pasan canutas de verdad. Me refiero a aquellos que no tienen para nada en la vida, que se pasan la vida llorando, y que luego los fines de semana tienen mejores planes que tú. Pero para eso nadie te llama. En cambio, eso sí, tu siempre serás el afortunado, y el pobre hay que darle palmaditas es la espalda para que no se diga que somos insolidarios.



sábado, 23 de noviembre de 2013

El Pitufo Caleti II, el retorno del chufla.

 Vuelve el Pitufo Caleti, y en ésta ocasión, lo hace en éste blog, ya que en la anterior, Reflexiones de un Gilipollas no existía. La vida de nuestro amigo ha avanzado con el tiempo, como no podía ser de otro modo. La suerte le sonrió, al fin. Ahora en Pitufilandia hay una crisis de deuda que es para echarse a llorar, pero en la época de vacas gordas, el Pitufo Caleti entró a trabajar en una fábrica de las nuevas que trajo la administración de Papá Pitufo para reindustrializar la misma zona que los políticos se habían cargado. Por supuesto, entró por enchufe. Luego, todo resultó ser un fraude entre dicho gobierno y el Pitufo emprendedor, pues éste último vino a coger las subvenciones, y cuando éstas se acabaron, cerró la fábrica. Con la suerte de que pilló en elecciones al Parlamento de Pitufilandia. Con lo que la administración de Papá Pitufo se buscó de entretener a todos los trabajadores con cursos de FPO, cobrando sueldo, durante un largo periodo de cuatro años, en los que de vez en cuando, se escaqueaban para manifestarse cortando el puente que une Pitufilandia con el resto del país. Dando así por culo, al resto de pitufos que no podían ir a trabajar, porque a la Unión de Pitufos Trabajadores no le salía de los huevos, ya que los demás tenían que solidarizarse por fuerza. 

 Sea como fuere, vuelta el agua a su cauce, el Pitufo Caleti abre un bache (tasca) con el sueldo de su prejubilación...más los millones que le han dado por sordo. Pero pronto cerró, ya que había que echar demasiadas horas, y de éste modo, no había tiempo para ir a ver al equipo de sus amores, que como siempre, no gana ni en la PlayStation. Tampoco tenía tiempo para ir a la Caleta a inspirarse para el carnaval. Que con tantos autores inspirándose...la playa estaba que no se cabía. Ni tenía tiempo para ir a pescar. El pitufo caleti, se ha reciclado laboralmente, en un curso que hizo con el sindicato de Pitufos Trabajadores en el Caribe. Y allí fue donde se dio cuenta que Curro, el del anuncio de Halcón Viajes era de UGT de Andalucía. Pues se ambos se pasaban las horas en la playa, con el dinero recibido para la generación y reciclaje del mercado laboral de Pitufilandia, que anda por los suelos desde hace veinticinco años, y que pese a la burbuja inmobiliaria, no se levantó. Porque todas las empresas que se abrieron en estos tiempos o eran de cartón piedra, es decir, inmobiliarias, financieras, etc. O directamente, sólo tenían a uno...o cero empleados. Es decir, que eran tapaderas; centrifugadoras, puras y duras de dinero negro. Y el Pitufo Caleti, tuvo una. Como no iba a ser menos. Y por supuesto, consiguió ingentes subvenciones contratando a becarios en verano para sustituir al Pitufo Chirlachi, que le hacías las veces de administrativo.

 El Pitufo Caleti, puede permitirse de darle lecciones morales a todo hijo de vecino, porque el mundo, sencillamente, le ha sonreído. Le ha llegado la jugada perfecta. Y aunque, gracias a él, generaciones de pitufos se pasen la vida comiendo mierda laboral, se puede retirar con el riñón bien cubierto, el hígado tocado de tanto brindar, y con la espalda en perfectas condiciones, ya que no ha doblado el espinazo, ni ha pegado un palo al agua, en toda su vida.




sábado, 16 de noviembre de 2013

El monte de las basuras.

 Es noticia, en estos días, la huelga de basuras de la ciudad de Madrid. Con las consecuencias normales de toda huelga (valga de redundancia) de este gremio tiene determinadas acciones comunes, sea en la ciudad que sea, que no es otra que llenar de mierda la calle. Actitud y hecho que "honra" a todos los trabajadores. Y a esos sindicalistas y liberados que viven del cuento más absoluto.

 Dicho esto, y aclarado en que no estoy de acuerdo con joder a los demás en una huelga; voy a remarcar una cosa: a diferencia de lo que se comenta en muchos canales de radio o televisión, yo sé lo que pasa. No por nada, a lo mejor no soy más lego que los tertulianos televisivos. Y si lo sé, por una sencilla razón: soy barrendero. Aunque no pertenezco a una ciudad, sí lo soy de una dependencia que tiene el tamaño de un pequeño pueblo.  Pero en tanto como en uno, o en otro caso, el tema va por subcontratas, que ganan o pierden por subastas...a la baja. Imaginense, como en toda mierda de empresariado español que quiere peras en un olmo, en el caso de las subcontratas el asunto de la dignidad laboral es peor, en el que se juntan lo pesetero de una empresa y el exceso recortador de una administración que le pide esfuerzos a los demás, mientras ellos se conservan el derecho al derroche.

 No es de recibo que una administración, como cualquier concejalía de pueblo tenga unos veintidós asesores y chupadores del bote de cada partido. Y se le pida una bajada salvaje de sueldos y unos recortes de personal a unos barrenderos que hacen un trabajo imprescindible, y muy poco valorado por la mancha de puercos y guarros que existen en la sociedad española (nada más hay que ver las calles) y que ensucian las aceras, en las que te tragas muchas horas de calor, sol, frío, lluvias... Y lo que es peor, sólo hay críticas, porque nadie se da cuenta del trabajo bien hecho, pero sí de la colilla que no recogistes porque no te distes cuenta . Pretenderán, como siempre, que tres barrenderos hagan el mismo trabajo que veinte, y que todo quede igual de impecable. Por cuatrocientos euros. Quieren oro a cambio latón, y se quedan tan panchos. Mierda de crisis, y mierda de mercado laboral, el español.