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viernes, 25 de octubre de 2013

El chófer y los gordos.

Mi profesor de autoescuela tenía la costumbre de enseñarme usando cuentos que me hacían más comprensible las situaciones. Recuerdo uno, especialmente, la del conejo, aquella en la que contaba que el animal mencionado cuando cruzaba la carretera se quedaba parado al ver los focos de un coche. Con ello, me decía que debía siempre reaccionar, o quedarme donde estaba, pero nunca en medio.

 Ahora soy yo el que va a contar el cuento. Y va sobre coches. Y sobre la crisis. Sobre economistas y políticos. Sobre sindicatos y patronales. Sobre empresarios y trabajadores. El cuento versa así: imaginénse que un chófer lleva a cuatro gordos de más de cien quilos en una paquetera, o monovolumen, que le llaman ahora. Ahora visualicen al piloto y copiloto, que están bien "cuidados", pero no gordos. Tienen sus michelines, pero dentro de un orden. Y entre ambos suman unos 140 kilos. Resulta que el coche tiene una resistencia para el peso de menos de 400 kilos. Por lo que alguien tiene que adelgazar. Como es lógico, pensaran todos que deberían de perder sus lorzas los obesos. Ya que cada uno que pesa 120 kilos y suman un total de 480 kilos. Pero como estos son los que tienen la sartén por el mango (nunca mejor dicho), alegan que no son ellos los que tienen sobrepeso, sino los dos de adelante, chófer y copiloto, que tienen que perder. Que ellos necesitan todos esos kilos. Y los otros no. Que han vivido por encima de sus necesidades, y que si los ponen a dieta es por su salud. El final es como todos saben: los dos de adelante a adelgazar, y los de atrás siguen igual o peor. Pero el coche sigue sin tirar, por tanto, piloto y copiloto se quedan en los huesos. Pero ya no se puede estirar más. ¿Adelgazan ellos?. No, pedirán recorte. Todo lo que estorbe debe ir fuera. Así que ya estamos quitando equipajes de los dos de adelante. Quitamos parte del motor, que pesa mucho, y en vez de una Mercedes Vito, tenemos el motor de un Smart, que necesita la mitad del mismo. Pero este no es un coche pequeño, es una paquetera, y va llena, de gordos. Que eso sí, con la mitad de equipamiento, de potencia del vehículo, y la mitad de ganas y energía de los chóferes; vienen a pedir los mismo. Misma velocidad, y misma puntualidad. Para ser igual de competentes que los chinos, que te llevan por la mitad, y eso que ellos te llevan en un carro, y en bici.

 Los cuatro gordos son los empresarios (y patronales), políticos, sindicatos y Estado más Comunidades Autónomas. Que como parásitos nos han jodido al pueblo, chófer y copiloto. Quienes han tenido que tragar con lo que había porque no había dinero para más. Hay que joderse. Así funciona España.