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domingo, 15 de enero de 2017

The Street Cleaner.

 En estos tiempos de que Dios nos ha dado y la idiosincrasia de nuestra noble nación, cada día es más difícil escribir una entrada, porque hay que decirlo, tan malo es el exceso como la escasez de temas. Uno empieza cuarenta artículos y no termina ninguno, estoy igual que el mecánico que te manda a pedir una pieza que va a llegar en "tres días". Hay que decir que evidentemente por la realidad social que se puede vivir en este rincón de Andalucía y con mi edad en concreto, la mayoría de ellos va dedicado al fraudulento mundo laboral español, pues con los enchufes decimos algo así como con los Reyes Magos: no son los padres, y el trabajo de los demás es gracias a sus méritos. 

  Pero la verdad de todo es que, entre lo duro que está el mercado laboral y el grado de "sofisticación" que está adquiriendo todo, se está convirtiendo para los treintañeros y cuarentones, el buscar un empleo digno en algo difícil. Porque hay que decirlo, cuando empezamos a rellenar currículos, escribías lo típico: tus datos personales, tus estudios y tu experiencia, si la tenías. Además en aquellos tiempos eso de lo que hicieras en tu tiempo libre importaba un pimiento, ahora te hacen un cuestionario on line para ver si tienes la habilidad de comer chirimoyas sin escupir ninguna pepita o si eres capaz de volar con las orejas mientras tocas la pandereta. Y cuando ponías un empleo en el mismo ponías la verdad, un poco adornada o exagerada, pero una serie de trabajos que quedan dentro de la experiencia de cada uno. Pero hoy ya no, hoy hay que matizar, hay que venderse como un producto, hay que darle brillo (en palabras de muchos enteradillos de la materia): no pongas cocinero, hoy eres chef, lo tuyo ya no es hacer un guiso de papas con carne, sino cocinar con soplete. Tampoco eres monitor de gimnasio, eres personal trainer. Olvida aquello de pirata informático, ahora es growth hacker, o ya no hay autónomos, hay freelance. Y a los enchufes se les llama ahora Networking o red de contactos, que así la gente no te mira mal. Así pues como yo he sido durante largo tiempo barrendero, voy a poner en mi experiencia que he sido Street Cleaner, que suena mejor, y más bonito, o cuando fui oficinista, que fui office worker, y así parece que estás hablando de un procesador de texto. Con tus aficiones conviene recordar siempre, que te gusta ver los programas culturales, en una época en la que los documentales versan sobre pirámides hecha por extraterrestres. Y recuerda, no vas a correr, practicas running. Tu gimnasio no se llama Rocky, Hércules u Olimpia. Su nombre debe ser Body Sport Fitness o Gym Sport Center.  Y por supuesto, no olvide que ya no eres activo, sino proactivo, asertivo y que le gusta trabajar en equipo y por amor al arte. Que el sueño de su vida fue siempre limpiar váteres ajenos, recoger plastas del tamaño de la catedral de Burgos, convivir con cucarachas que puedes utilizar para transporte interurbano por su tamaño, o maquillar cadáveres en vez de a artistas del Pay Pay. 

  No se olvide luego del idioma, hay que saber inglés. Porque claro, si todos lo tienen, usted también, y además, lógicamente tendrá que aprender que significa lo que usted a puesto en el currículo. Pero no vale cualquiera, el Cambridge no lo aceptan en las empresas, el Oxford sí, pero el Northkingtown no vale para las oposiciones. Sáquese el B2, que tiene nombre de remedio para borrachos comatosos. Pero no solo de inglés, también, alemán, serbocroata, chino chiungai, swuahili panocho, árabe tíngitano, quechua decathlon, guaraní paranaense, indopersa, o ruso marbellí. Y es que todo es poco para un puesto de la importancia del que se pide, como es el de Street Cleaner, donde tomará decisiones tan trascendentales como cuando barrer una acera o la otra en función de las temperaturas y las horas del sol. Por eso se necesita una persona acostumbrada a trabajar con alta presión en el ambiente. Y por supuesto, no olvide nunca, su título de manipulador de alimento. ¿Que para que?. Para la hora del bocadillo. Y mira que cosas, tienes además el curso (o el master, según el caso) de Prevención de Riesgos Laborales, pero eso, ya no vale para nada, se pedía hace diez años. Resulta que como el B2 hoy día, que todo el mundo lo hizo sin saber porqué, por rellenar, y ahora es más común que una boina de cuadros. Y sino tengo primo al que enchufar, no se preocupe, ya haré un reality show (ya no es concurso), que se llamará Mastercleaner donde por morbo enfrentaremos y dejaremos que los concursantes se metan docenas de puñaladas en la que el ganador tendrá una plaza en la prestigiosa academia de barrenderos, perdón, digo de Master Street Cleaners de Albujón del Segura. Bendiciones del sistema español, capitalista neoliberal para los trabajadores, socialista e intervencionista para los bancos. Grandes tiempos para los nuevos señores feudales. Menos mal que tenemos a las generaciones mejor preparadas...

 Borges. Enorme...