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viernes, 20 de abril de 2012

El día internacional de las hemorroides.

 Hoy toca proposición para aquellos que nos gobiernan. Ya sea la Troika o sus castas todas, como dirían los "Convoys da pejeta". Puesto que hay día internacional del trabajo (en que no se trabaja), de la mujer, del árbol, o de la Mula Francis. Yo voy a dar un nuevo día que representa a casi todo el mundo, menos al que se forra con ésto de la crisis. Me refiero al Día Internacional de las Hemorroides, que es aquel día, en el si pudiera ser, cerraran todas las bolsas del mundo, las agencias de calificación, los bancos, y demás fauna, que no cazaría el Rey, sino muchos de nosotros, pero eso sí, con balas dum dum...por si acaso se levantan. Es el día que representa a la gran masa de población que sufre en silencio como cada vez le duele más sentarse en una silla, debido a que cada semana el diagnóstico de nuestro sistema es peor, y que no mejora; pues ver la luz al final del túnel parece casi imposible. Y aunque la viéramos, nuestros derechos han sido tan tocados, que para que sirve haber salido de la espiral, si tenemos que acabar viviendo como esclavos de los empresarios. Ayer me dijo un amigo: la esclavitud no se abolió, sino que se puso en nómina. Un poco exagerado, pero como todo, en parte tiene razón. Tampoco tendremos unas elecciones libres, porque votaremos lo que dictaminen los mercados, quienes mandan de verdad. Es el dinero, el que tiene, hoy por hoy, la soberanía de todos los países.

 Cada vez que oigo a los economistas hablar de reformas me hecho a temblar. Todo hijo de vecino sabe hoy día que significa tal palabra, que es sinónimo de recortes. Es de cajón que hay que administrar mejor, pues los españoles nos hemos acostumbrado a conducir un Mercedes-Benz mientras vivíamos bajo un puente. Hemos gastado lo que no teníamos. Pero lo peor de ésto, es que al final, como en toda crisis, siempre paga la población; la cual, aguanta una serie de recortes, pero soporta poco que su clase dirigente, las asociaciones de tipo sindical, la patronal, los nacionalistas, las comunidades autónomas, los empleados públicos (no confundir con los funcionarios) y el estudio de la tortilla de patatas, no vean limitados sus derroches constantes. Luego está el demagogo que quiere recortar en la salvación de alguna determinada especie animal o vegetal, pero ese es otro tema, y para el blog hermano "Mirando al Sur".  Yo no se el resto, pero yo ya estoy harto de ésta crisis, desde hace mucho tiempo, cada vez suena más a rollo macabeo. No se cree ni su puñetera madre que hagas lo que hagas, no hay manera de mejorar. Ya estoy también cansado, de que además de recortes no se nos compense por otro lado, por ejemplo, reduciendo el tipo de contrato a dos: hasta final de obras (sólo para la construcción y demás) e indefinido. Y se elimine de una vez la temporalidad laboral, que es una lacra para nuestro país, y no lo es de hace poco, precisamente. Al final, son el mismo capitalismo, quien se ha echado tierra encima de su ataúd, los contratos temporales no dejan lugar a la compra de una vivienda, ni al de ningún préstamo. Luego no hay dinero para los bancos, y éstos, no tienen para las empresas; así pues, se acabaron las contrataciones. Es puro silogismo deductivo, y por desgracia hoy día, nada hipotético. No es culpa de la derecha o de la izquierda, es de las dos: la segunda por derrochar en cafés con diamantes, y de la primera, por no tener el valor de meterse en faena con quien de verdad se embarra. Al igual que Cristiano Ronaldo y Mourinho, cuando juegan con el Barça, dicho sea de paso. 

 Así pues, y visto, que cada vez nos dan más por detrás, propongo sin más demora, el Día Internacional de las Hemorroides, como día que representa a todos aquellos que ponemos a nuestras barbas a remojar. Y también para los que ya no tienen ningún pelo en ella. Y propongo la construcción de una estatua enorme en la escalinata de cualquier bolsa bursátil del mundo, o en todas ellas, en la que se represente un trasero dolorido e hinchado. Y es que no fue Napoleón sólo quien perdió su Waterloo, a causa de la falta de Hemoal. Ni será el único. Pues finalizo con una comparación que escuché en un programa de radio, Milenio 3, a cuenta de los especuladores: son como tiburones, que al no parar de oler a sangre, se acaban devorando los unos a los otros, hasta no quedar ninguno...Siempre me despido diciendo aquello de que si los gilipollas volaran, no veríamos el sol. Ahora imaginénse si también levantaran el vuelo los cabrones. Entonces, lo que tendríamos es un efecto invernadero. En toda regla.

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