Translate

viernes, 17 de agosto de 2012

Entrevistas de trabajo

 Pocas farsas tan grandes como una entrevista de trabajo, al menos aquí en España, donde todo el mundo sabe quien va a entrar por enchufe. Sin embargo, muchas empresas optan por hacer un paripé digno de cualquier obra de teatro; donde los entrevistadores actúan a sabiendas, y los candidatos, creyendo que tienen alguna posibilidad. Soy licenciado en cursos donde te enseñan que decir en cada entrevista, y cómo afrontarlas, y la conclusión es la de siempre: en cada lugar dicen una cosa distinta, y muchas contrarias las unas a las otras. Por lo que lo recomendable es tomárselo con filosofía, y afrontar del mejor modo el "alea iacta est" (la suerte está echada). No obstante hay puntos comunes, entre ellos, un descubrimiento insólito por parte de los entrevistadores: nadie ve el fútbol, ni Gran Hermano, sino los documentales de la 2. Entre otros hallazgos interesantes sobre la costumbres de los españoles se encuentran: el gusto por trabajar en equipo, la práctica común de hacer deporte (sillonbowl), por vestir con chaqueta y corbata, por no fumar en horas de trabajo, tampoco gustan en nuestro país unas vacaciones, que se suelen denominar como aburridas, una capacidad de aprendizaje digna de genios, y sobre todo, a nadie le interesa lo que va a cobrar. Porque todo español trabajamos por amor al arte, y por pura vocación, por ejemplo, como celador de una fábrica de cajas. 

 La única crítica que hago a los entrevistadores es la exigencia de un tipo de trabajador demasiado "perfecto". Para al final, colocar al primo del jefe. Que suele ser un inepto que no sabe ni manejar ni la máquina de café. Pero hay que decir en su favor, que los entrevistadores son igualmente de mandados que los currantes, y hacen lo que les viene impuesto desde arriba. Sin embargo, si la cosa es honrada, y se evalúan de verdad a los candidatos de manera limpia (que es algo como ver el rayo verde en el mar), éstos trabajadores se juegan el pescuezo si apuestan al caballo equivocado; pero en cambio, no reciben ninguna palmadita en la espalda si aciertan. Yo que siempre divido el mundo en dos, distingo dos clases de entrevistadores, según mi experiencia:

 - El psicólogo: que es aquel entrevistador tipo Jesús Quintero, pues hace la entrevista de trabajo jugando con los silencios, de tal modo, que busca que el entrevistado hable más de la cuenta para que así cometa un error. Es éste el tipo de trabajo por el que merece la pena sudar sangre, pues seguro que tiene buenas condiciones. Además suele estar asociado a varias entrevistas, y alguna que otra prueba.

 - El comercial: es aquel que te vende el puesto de trabajo como algo maravilloso, en el que te puedes organizar tú mismo, con sueldos enormes y en el que todos tus compañeros son increíbles, siempre dispuestos a tenderte la mano y a pasarlo bien. Normalmente, éste entrevistador, no se calla ni bajo agua, y casi ni te deja hablar, salvo en escuetas preguntas. Y es un puesto que te ganas en la primera entrevista, sólo tienes que aceptarlo, así de fácil. De repente, te conviertes en un crack, en el candidato ideal. Pero créanme, ya he tenido varias de éstas, y los puestos de trabajo que ofrecen, normalmente, son de tipo comercial, con contratos mercantiles (donde no tienes derecho al paro si te despiden) y tus sueldos dependen de las comisiones. Y si no vendes, no cobras, así de sencillo. Mi recomendación es, que cuando veas al colega hablar sin parar, levantarse de la mesa, y decir, sencillamente, no me interesa, por muy desesperado que esté uno. Pues, o bien te explotan como a un esclavo, o bien te choricean dinero...o las dos cosas a la vez.

 Hay otro tipo de acceso, muy bien intencionados por parte de la administración, pero muy aprovechado por los empresarios más rateros del orbe, que normalmente suelen ser españoles...o chinos. Me refiero a las prácticas de empresas a las que te puedes apuntar si estás dado de alta en el paro. Suelen ser gratuitas para el empresario, y para la administración, por lo que quiere decir que no cobras un duro. Es más, te cuesta hasta dinero trabajar, pues debes pagarte hasta el transporte. Y normalmente, suelen ser en verano (que casualidad); época en la que los trabajadores contratados se van de vacaciones. Por lo cual, ya sabemos a que vamos, sino a sustituir, de modo muy económico, a las vacas sagradas de la empresa. Y olvidense de quedarse, que ellos ya tendrán a sus enchufados en cola. Puede uno aducir al aprendizaje. Pero prefiero coger una escoba o poner cemento, a reírle las gracias a cuatro explotadores, y a cuatro consejeros de turno que se forran a costa de los parados. Y olviden el aprendizaje, el trabajo en equipo y los documentales de la 2, que al fin y al cabo, lo que busco es dinero; sino que trabajen los romanos, que tienen el pecho de hojalata.


Mejón nos vamos a callá...


2 comentarios: