He de confesarlo: soy un tipo aburrido. Si hay alguien que es capaz de sacar tiempo para escribir en tres blogs, eso es alguien que gusta de estar en casa delante del ordenador en noches como éstas, de tiempo revuelto (los coletazos del huracán Humberto (de Janeiro ¡?) se dejan notar incluso aquÃ. También soy un tipo que frecuento museos...sÃ, de verdad, y por diversión personal. Pero lo que aún no ha ocurrido es, que me den coba. Viene esto por cierta discusión, ocurrida el otro dÃa, más propia de bar, de lo que representa el arte contemporáneo. Sobre todo el actual.
Ya, el de principios del siglo XX, el modernista, es para tomarse un ibuprofeno, pero el actual es puro engaño. Y es que hay gente que de algo tiene que vivir, lo cual no me parece mal mientras no me estafen. Eso de cuatro hierros oxidados retorcidos sobre un eje, o un lienzo en blanco con cuatro manchas negras que representan la tristeza en el otoño...con perdón, me parecen una...bosta del tamaño de la catedral de Burgos. La cual por cierto, es puro arte, del de verdad. Vamos. Para mÃ, sólo algunos como Antonio López se libra. Sin embargo, lo que más me fastidia, es la pedanterÃa que se viene arrastrando con éste arte, como pasa con toda la porquerÃa de diseño que nos quieren meter (como la cocina). Los tipos, muy estirados (tanto, que van a acabar como Pau Gasol), se defienden diciendo aquello de que el arte hay que entenderlo, que es para iniciados, para gente que entiende...vamos, para listillos que vacilan de saber interpretar las obras que las personas sinceras no somos capaces de leer.
Pero estos snobs caen en su propia ignorancia: el arte nació en épocas en las que el analfabetismo era común en el 98 % de la población, y habÃa que hacer frescos, figuras, relieves, estatuas...etc, para que aquella inculta población, que no sabÃa leer, pudiera entender los mensajes de la biblia, o de la mitologÃa de turno. En el caso del Imperio Romano (no imperialista según IU de Mijas), el arte era puro vacile, lujerÃo, igual que hoy dÃa ocurre en Marbella, por ejemplo... No hay más, asà de simple. Vean Las Lanzas de Velázquez, Las Majas de Goya, cualquier Inmaculada de Murillo, y comparen...no hace falta ser maestro de nada, ni liendre de todo.
Y por ésto habrán pagado una millonada. |
MagnÃfico
ResponderEliminarMuchas gracias, Alfonso. Un abrazo.
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