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sábado, 13 de julio de 2013

Cuestión de suerte.

 Pese a que hay feria en mi localidad, no he tomado ningún rebujito, que conste. Pero sí que es cierto, que esta podría ser la típica conversación o debate, de cualquier barra de bar donde caen las horas muertas y no hay de que hablar. ¿Existe la suerte o no?. Los hay que dicen que hay que buscarla, pero creo, que eso lo dice el típico al que todo le ha salido bien en la vida; pues desde arriba todo se ve muy fácil, y es muy "cojonudo" dar consejos a los demás desde una perspectiva cómoda. Por el lado contrario, tenemos a aquel que cree que todo le sale mal porque la vida es injusta, cuando dicho sujeto se ha buscado todos sus males a pulso, y por no actuar pensando en las consecuencias de cualquier acto que uno haga.

  Es una cuestión de estadística, o simplemente, sincronicidades del destino; pero sea como fuere, he de decirlo, y lo siento por los escépticos, soy un profundo creyente de la suerte. Y refuto cualquier tesis que se proponga; a lo mejor no directamente, aunque me lo tenga que pensar un tiempo, pero seguro que le doy la vuelta al calcetín. Mi principal argumento para creer en la suerte es la pura estadística, que es lo más caprichoso de ciencia que existe. Partiendo de la base de que dos sujetos busquen un mismo objetivo, con las mismas condiciones, habilidades, fortaleza mental, etc. Por narices sólo uno llega a conseguir el objetivo, siendo raro el empate, y eso sólo en caso de que éste pudiera producirse. Pero baste pensar, que si, por ejemplo, dos hombres cortejaran a la misma mujer, en igualdad de condiciones, sólo uno iba a ganar, eso está claro (a no ser que la señorita guste de la poligamia). Ella, en condiciones normales, optará por uno, y todo por una cuestión tan subjetiva como el gusto personal. Y eso es la suerte, mala para uno, buena para otro; lo quiera la ciencia o no.

 Son muchas las veces que uno piensa que gracias a un determinado momento se dedica a tal labor, o tiene tales gustos. Y que por el contrario, uno se arrepiente de tal o cual decisión que debió haber tomado, y que escogió la contraria, justo en el momento menos adecuado, y en el que la cosa, que iba de maravilla, empezaba a fastidiarse. Seguro que a todos nos ha pasado ambas cosas. Para mi, se llama suerte haber tomado un decisión correcta en el momento adecuado, pues aún pensando las cosas fríamente, uno puede acertar o no, porque no conoce el futuro. Y por el contrario "bajío" cuando aún buscando lo mejor se equivoca de camino. ¿Tienen ustedes baraca?. Seguro que muchos de los que le conocen le dirán que sí, pero usted se empeñará en demostrar lo contrario. Un saludo, y disfruten de la feria, y del verano.



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