Translate

viernes, 27 de diciembre de 2013

Parados de lujo.

 Parece que desde que está la dichosa crisis ésta, hay trabajadores de primera y segunda (y tercera, y cuarta...) clase. Pero eso es sólo una percepción. Lo cierto es, que eso viene ocurriendo ya, desde antes de la crisis. La entrada de la década anterior, la del 2.000, ya vino marcando una tendencia al trabajo basura, a pesar de que España, en teoría, estaba en una economía boyante que la llevó, a un supuesto, pero falso octavo lugar de las potencias económicas. Pero todo era un espejismo.

 Para empezar, ya empezaron a desaparecer los contratos fijo, explosionó el boom encubierto de las subcontratas, a las cuales, tuvieron que regular, porque había subcontrataciones y subcontrataciones, una tras otras, en las que se perdía el hilo del dinero. El sueldo mínimo, este año congelado para mayor gloria del gobierno de las promesas incumplidas, tampoco es que creciera exponencialmente en la década anterior. La desindustrialización de los noventa, no fue recuperada con otras formas originales de economía, sino con más ladrillo, más servicios, y más I+D+I que, sinceramente, no se invertían útilmente, sino en estudios chorras que a la postre se han demostrado como un lavadero de dinero y de favores a amigos. Derroches y más derroches inútiles, centros y observatorios, mierdas autonómicas, etc. Y todo eso ha traído lo que ahora nos estamos comiendo.

 Desde entonces, los trabajadores que han sido contratado desde el 2.000, lo han sido con menos derechos. Con contratos, en el mejor de los casos (los más afortunados) como indefinidos. Pero lo normal, es el encadenamiento de contratos temporales para el que no tiene un enchufe en ningún lado. Pero incluso para el paro hay vacas sagradas. Todavía recuerdo como me fastidiaron (y a cientos de candidatos más) cuando allá por el 2.008, la Junta de Andalucía en pleno proceso electoral, tras el cierre de Delphi, con plantilla que ha tenido empleo fijo (hasta entonces) y sueldos de dos mil euros (que no he visto como trabajador ni por asomo) priorizó la recolocación de aquellos nuevos parados deluxe, y así, que nos dieran por donde nos cabía al resto de parados, que teníamos que ser solidarios. Así por ejemplo, Mercadona, dio privilegio de pernada a aquellos trabajadores para quedar de campeón ante la prensa y la opinión popular. Con ello, el resto ya podíamos olvidarnos de entrar en los nuevos supermercados. Pero eso sí, el gobierno andaluz, y sus sindicatos, junto con los empresarios locales, que tanto negocio han hecho con el mercado laboral, siguen olvidándose del parado de a pie. Ese que no está en riesgo de exclusión y que no pertenecen a ningún colectivo. Ahora, no hay para los deluxe, ni para los demás. Pero mucho me echo a temblar cuando cierran fábricas aquí; primero por el sector industrial de la zona, muy mermado desde Felipe González, el desmantelador, y segundo, porque ya sé, que durante un largo tiempo tengo jodido buscar buenos empleos. Feliz año, y feliz tarifazo. Eso, será tema para la semana que viene.


No hay comentarios:

Publicar un comentario