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viernes, 1 de junio de 2012

Cuando todo funcionaba con un golpe...

 Aunque no esté nostálgico, siempre conviene recordar el pasado, sobre todo cuando nos referimos a los viejos electrodomésticos. Hay que empezar diciendo que hay auténticas maravillas que nos han venido a facilitarnos la vida, entre ellos internet; hoy día los niños buscan información para sus trabajos escolares en wikipedia o en vagos.es, aunque ya, sin embargo, no saben buscar nada en los libros. También las videoconsolas y ordenadores han avanzado mucho; de hecho, hoy día, hay películas que parecen videojuegos e idems, que parecen auténticos films. Y aunque cueste explicarlo a los niños de hoy en día, recuerdo como mi primo y yo para jugar al "Michel" poníamos una cinta de cassette (algo que también habría que enseñarles que es) que tardaba dos horas en cargar en el Spectrum de turno. Entonces, en la pantalla azul empezaba a dibujarse unas lineas tras otras, mientras emitía unos sonidos inquietantes parecidos a los de la niña del exorcista...y nosotros nos íbamos a jugar al futbol a la calle durante ese largo tiempo. Nos daba para llamar a todos los demás niños, formar los equipos de veintidós jugadores, hacer cuatro partes de ocho horas, jugar triangulares entre varios equipos, y cuando llegaba la noche (desde las cinco de la tarde), te ibas para casa, y nos dábamos cuenta de que el muy capullo del ordenador había fallado, y había que empezar de nuevo...Lo dejábamos para el día siguiente. Hoy día enciendes del tirón, y no te aclaras porque todo está en 3D, y acabas jugando con un tío de Hong Kong por la XBox, o con uno de tu barrio, al que ni saludas en la frutería. Pero ésto no es nada, se dice que en el futuro, no dentro de mucho, los ordenadores no tendrán ni siquiera parte tangible, sino que serán hologramas; a ver si es verdad...porque las casas son cada vez más pequeñas.

 La música también ha tenido avances espectaculares, antes el artista de turno sacaba un LP en disco de vinilo, del que tenías que tragar miñocas, con doce canciones que no valían ni para hacer puñetas, y una buena. Hoy día te bajas la buena de balde. Por aquel entonces, ya sea con LP, o más adelante con el CD, si eras un adolescente sin un puñetero duro te dedicabas a grabar en las cintas de cassette las canciones que te gustaban y que ponían en la radio, con la voz del locutor peñazo dando por saco cada vez que le venían en ganas. Hoy, directamente, te bajas la canción de balde. Y para sacar al perro o ir a correr al parque de turno, te llevabas un walkman, que te ponías "disimuladamente" en un bolsillo o colgado del cinturón...como sino se viera, porque el bulto que hacía en la camiseta era del tamaño del tronco de un chaparro. Hoy día, como no, te bajas las canciones de balde, y las mete en tu mp3, y no sólo la música, hasta los programas de radio, que te los puede descargar en un podcast. Y no se te ve bulto alguno. Pero ahora que el aparato no se nota, resulta que donde antes tenías el walkman, ahora lo que te cuelga es un michelín, al más puro estilo de las Casas Colgantes de Cuenca. El mp3 ya tiene su radio y todo, así que hoy día no se ve aquella entrañable estampa de los vejetes escuchando el Tour de Francia por su transistor comprado en el moro, en la playa, mientras degustaba de una sandía. Ahora se pone sus casquitos, pero eso sí, sigue tirando las cáscaras y las pipas de la sandía a la arena. En cuanto a los teléfonos, la cosa sí que ha cambiado, antes estaba el fijo, sin pantalla ni nada, con teclas o con ruedecilla, y Telefónica te cobraba por cualquier llamada, aunque fuera a la del vecino de enfrente, que evidentemente tenía tu misma compañía, pues era la única que había. Ahora tienen su pantallita, su agenda, y sus distintas melodías.  Y los móviles eran cosas de pijos, no de poligoneros con whatsApp. Ni hacían fotos, ni tenían internet, ni videojuegos, ni películas, ni música...Sólo servían, mira por donde, para llamar a alguien, que es para lo que, al fín y al cabo, fueron inventados. Entonces, al igual que el walkman, no te lo podías llevar a la playa en el bañador, o con un pantalón finito, en el bolsillo, porque igualmente, hacían un bulto sospechoso. Tampoco tenían agenda, y cuando te enviaban un mensaje, o te llamaba alguien, tenías que andar con una miniagenda de cartera que te habías apañado para saber al menos los números a los que llamar, o los que te llamaban. Aquellos ladrillos, también se usaban como defensa personal, y eso es algo que mucha gente ha admitido, que lo han usado como arma arrojadiza ante alguien que te estuviera dando por saco. Hoy, lo lanzas y sin que se te lleguen a caer ya se han estropeado. Otro invento ha sido el microondas, que te calienta todo en un minuto, cuando antes, metías la leche en un cazo, la calentabas, y después te dedicabas a sacarle los siete kilos de nata que se producían, y con los que te podías tapar la cabeza para disfrazarte de fantasma de la ópera.
 En cuanto a la tele, sí que hay diferencias: ahora hay doscientos canales, ya no te tienes porqué tragarte a a McGiver o a Walker, ahora te tragas Gran Hermano, que es como el Un, dos, tres...o las Mamachicho de hoy en día, pero con más bajunos por metro cuadrado.  Antes no tenían mando, y el más pringado de la casa tenía que levantarse a cambiar de canal, de los que había dos o tres opciones. Las teles eran unos armatostes de mucho cuidado, y encima de ella, se colocaban una muñeca de la fábrica de Marín, la cual ha perdido demanda por culpa de las teles planas. Pero hay cosas que no cambian, Chanquete sigue muriendo todos los veranos, y la mayoría de los días seguimos como cuando había dos canales, con la misma conclusión: sigue sin haber nada interesante que ver. Ya tampoco te llaman a la puerta para venderte enciclopedias. Ahora recibes un spam en tu correo, o en el peor de los casos, recibes una llamada de una operadora que es más pesada de tragar que un paquete de muesli. Pero eso sí, antes los electrodomésticos eran mejores, pues sino funcionaban se les daba dos leches, y volvían a andar, al menos un rato más. Intenta hacerlo ahora con uno de los que tienes en casa...te lo cargas fijo, y las leches te las dan a tí, el resto de tu familia. Eso sí, el tabaco sigue siendo de contrabando, y eso, no cambiará.

Pd: aunque no tiene que ver con el tema de hoy, me gustaría indicar que es un día triste para aquellos que amamos la naturaleza. La noticia por sí sola habla del atentado ecológico que quiere perpetrar el Ayuntamiento de Tarifa y la Junta de Andalucía, quienes al parecer no se han enterado de que el ladrillo es el culpable de toda la crisis. Pues ambas instituciones quieren urbanizar la playa virgen de Valdevaqueros, sita en dicha localidad, y perteneciente al P.N. del Estrecho, lugar de paso de muchas aves, y de nidificación de otras que son extrañas en Europa, como el Corredor Sahariano. Se puede ayudar firmando en ésta página. Y se puede enlazar desde facebook y Twitter. Hay quien dice que ésto no vale para nada, pero sucesos recientes han demostrado que cibernautas enfadados pueden dar al traste con proyectos tan desafortunados como éste, el enlace:


Muchas gracias por su apoyo. Y es que en las instituciones españolas, sí que abundan los gilipollas.

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Una imagen del Michel.

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