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viernes, 9 de mayo de 2014

Ocho apellidos caletis

 Aún siendo cañaílla de vocación y nacimiento, todos mis orígenes se concentran en dos puntos antagónicos del sur español: Región de Murcia y Cádiz capital. Y si los que me leen, me notan ya el acento a la hora de escribir, no quiero contarles la impresión de los que me escuchan hablar. En toda la región andaluza, y en parte del extranjero (de la AP- 4 para arriba) todos coinciden en que se me nota el acento gaditano a una distancia sideral. Y muchos vienen a creerse que soy de Cádiz capital. Cádiz, Cádiz, no Puertas de Tierra, que eso son beduinos. Entonces, a gaditanos, y extranjeros, tengo que explicarles que no soy de Cádiz, ni siquiera de extramuros, que los beduinos son de la Tacita, pero menos...que nadie se ofenda. Sino del otro lado del Océano (la Bahía para los demás), es decir, que nací en una urbanización que existe alrededor de Bahía Sur llamada San Fernando, me crié en La Isla, soy caña desde hace 33 años (salvo un ligero paréntesis onubense), y que me siento orgulloso de serlo. Y si hablo así, con este acento, es porque la mitad de mi familia es de Cádiz.

 Solamente, hubo dos personas que me confundieron con otro acento, fue en Londres, y no se crean que fue con un llanito (gaditanos camuflados de ingleses). Sino que me confundieron con un canario (¡?). Eran, concretamente, dos hombres de Zaragoza que regentaban un restaurante italiano, que para los británicos, somos más o menos lo mismo. Cuando me dijo que yo era un "muyayo" les pregunté que cuanto tiempo llevaban en Inglaterra, a lo que me contestaron que unos cuarenta años. Eso lo explicaba todo...esos hombres habían perdido todo contacto con los acentos españoles. Aunque en defensa de los mañicos, había que decir una cosa, no soy el típico Caleti.  ¿Que narices hacía un gaditano en carnavales en Londres? (me preguntaron unas chavalas de Albacete), y claro, no llevaba camiseta ni bufanda del Cádiz, ni hablaba de pescar, ni de lo feo que es Puerto Real. Porque eso hay que decirlo, para el gaditano, todo lo que sea fuera de Cádiz, Cádiz, es para ponerlo a parir, directamente. San Fernando no tiene nada (pero invaden el Bahía Sur), Chiclana sólo para las barbacoítas, Puerto Real sino queda más coj... El Puerto, ahora que no hay Vaporcito, nada... y Jerez. Como diría de la poesía de Manuel Machado con Sevilla miarma, pero al revés. Nada de piropo, precisamente. Con una y con otra, la Tacita ha tenido sus más y sus menos, sobre todo por el tema de cargadores y costaleros. Pero tanto Jerez como Cádiz, copian la Semana Santa sevillana que tanto critican, dejando atrás sus propias tradiciones.

 Hablando de los miarmas, que tanto están de moda con la película del momento, he de decir que los gaditanos se han convertido igual de chauvinistas que los sevillanos, y que los cordobeses, y los malagueños... Andalucía occidental tiene un problema de imagen. La diferencia está en que, al menos, los sevillanos se mueven. En cambio, para los gaditanos habría que estrenar un programa en OndaCádiz que se llamara Gaditanos por el Mundo, y cuyos capítulos principales podrían ser:

  1. Gaditanos en el Río San Pedro.
  2. Gaditanos en Camposoto (Little Cádiz de San Fernando).
  3. Gaditanos en el Pinar de los Franceses.
  4. Gaditanos en la Rana Verde. 
  5. Gaditanos en Valdelagrana (versión pijos deluxe).
  6. Traidores que viven en Jerez y Sevilla.
   Escribo esto, porque el otro día, en el Zoo de Castellar, al otro lado del mundo para un caleti. Había una encargada de la jaula de las llamas y las cabras, que era natural de San Fernando, y varios cañaillas nos paramos hablar. Hasta que llegó la caleti de turno y subió el pan: Yo duermo en San Fernando porque lo que es vivir...De un modo, además, despectivo hacia mi ciudad. Lo que me dolió bastante. Lejos quedan los tiempos de Jorge Juan, Falla, los Andreoli, Antonio Ulloa, Argüelles, Moret, en los que Trosky vivió en San Antonio, o Lord Byron y Wellintong no eran lo suficientemente elegantes para las tertulias literarias de Frasquita Larrea, entre otras grandezas...Quedó el mal hablado con el chándal del Cádiz, calcetines blancos y zapatones negros. Aunque a diferencia de gaditanos y sevillanos, yo siempre diré que me encantan Sevilla y Cádiz. En la actitud, está la elegancia que a las dos ciudades les falta. Sin acritud...pisha mía...o miarma, según quien me lea.


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