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lunes, 19 de mayo de 2014

¿Quien tiene un amigo tiene un tesoro?. Martes 29 de diciembre de 2009 a las 16:41.

 Se tiende a decir últimamente aquello de que las redes tipo Facebook (lease literalmente, en español) o Tuenti han venido ha relacionarnos a gente de tipo muy diverso sin que se pudiera hacer de otro modo. Eso es, tal vez, cierto. Pero a venido a resaltar y chivar, sobre todo, un cierto tipo de personaje, que ya existía incluso antes del siglo V antes de Fraga. Éste portento de hombre o mujer que se dedica a coleccionar amistades, una tras otras esforzándose de modo extraordinario, haciendo concesiones, y olvidando lo que más importa (su familia y amigos de verdad, sobre todo), por mantener una relación estrecha con gente que al más común de los mortales nos importa un carajo, todo hay que decirlo.

  Éste personaje, con el que prefiero no cruzarme, tiene los fines de semana programados, de 13 a 14 con fulanito a tomar cervezas y camarones en la Plaza del Rey, de 15 a 17 cafelito con Doña Toto y así continúa todo el fin de semana, teniendo más obligaciones en su tiempo libre que en el de trabajo. Con un móvil al rojo vivo de batería porque sencillamente no para de sonar, y unas ojeras horribles, los lunes por la mañana. La pareja de éste personaje importa poco (el cual desea que llegue el lunes, para poder descansar en su trabajo, pues está más tranquilo), su familia menos, lo primero los amigos, porque son lo más importante, pero eso sí, no los de toda la vida, que son los buenos, sino los del calentón del momento. Son los que yo denomino de modo tradicional como: coleccionista de amigos, o más comúnmente de los mortales: jartible, a secas. Una pregunta, ¿ quien no conoce a algún nota con ciento o doscientos amigos en el Facebook???: mi grupo de Australia, los de la Universidad de Colorado, los de Albolote... todo el mundo, y evidentemente, su próximo objetivo: sacarse amigos Burundi.

  Realmente dan pena, no saben diferenciar al amigo de la amistad momentánea, aquella, que sólo te utilizan para lo que les pueda interesar en el momento; son útiles, pero en pequeñas dosis. Y olvidan el verdadero sentido del colega de toda la vida: aquel que sin verlo en años te alegras de ver, y que siempre estará al pie del cañón con dos cojones, para las duras y las maduras mientras el resto huyen como ratas cobardes cuando vienen mal dadas. Porque según ellos hay que tener amigos hasta en el infierno, tal vez no caigan en que hay amistades que pueden ser peores que cualquier enemigo. Para todos los colegas, os lo dedico con el mejor de los cariños del tío más descastado del mundo. Y felices fiestas.

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